A 18 años de la represión en Textiles Francisco Martínez dijo 'serán siempre sus conductas analizadas en la historia'

Escrito por Lic. Emiliano Arriaga Zugasti el . Publicado en Información General

En su cuenta en las redes Francisco Martínez manifiesta "Para decidir, para continuar, para recalcar y considerar”. Hace dieciocho años de un día como hoy, un 12 de agosto, entraban arteramente a golpear y reprimir por las puertas de Textiles Pigüé a sus trabajadores y trabajadoras. Hoy y desde hace bastante tiempo a esta parte, por las mismas puertas ingresan y salen camiones llenos de materias primas e insumos para la producción.
Sabemos con los compañeros y compañeras que transitamos aquellas horas nefastas, quiénes fueron cada uno de los responsables, por acción, por omisión o por cobardía; y serán siempre sus conductas analizadas en la historia, escrita incluso en muchos libros y en centenares de tesis y documentos, porque lo único que no se puede justamente, es falsear la realidad de los hechos. Aunque doloroso fue muy fácil por cierto, solo lamento el tiempo perdido, porque una vez que se cayeron algunas caretas y se pudo ver con claridad a qué tipo de intereses respondían y representaban, el accionar de hombres y mujeres con valentía puso las cosas en su lugar.


Cada uno de esos actores serán siempre invitados a reflexionar sobre qué tipo de daños han ocasionado con sus acciones. Y no lo estoy diciendo por caer encima de nadie o como se dice comúnmente, hacer leña del árbol caído. Sino para que podamos compartir y transmitir estas malas experiencias con aquéllos que en cada rincón de nuestro país se organizan para continuar con el trabajo en forma de cooperativa.
Y para que así entonces, ellos tengan el tiempo necesario para pensar rápidamente con los proveedores y clientes y no con jueces, fiscales, policías, como nos tocó lamentablemente a nosotros y les toca actualmente a centenares de fábricas y empresas a las cuales no se les permite planificar correctamente sus políticas productivas y comerciales adecuadas, que les den la posibilidad de demostrar la eficiencia que se tiene en este sector tan particular como valiente de la economía social y solidaria. Que incluye, que no excluye, que lo demuestra con su gestión eficiente empresaria y la también fenomenal impronta que tiene esta y cada organización social de vincularse con la sociedad, principalmente la más afectada, la desempleada. De aquí y de cualquier lugar del territorio argentino.
Por suerte, mientras nos íbamos acostumbrando a tragar amargo pero a escupir lo más dulce posible, no nos permitimos que sea un tiempo perdido y mientras lidiábamos con algunos ciegos, sordos pero no mudos precisamente, pusimos manos a la obra en pos de crecer, pero crecer con inclusión.
Los más de ciento cincuenta puestos de trabajo lo confirman. Que el mercado jamás indique la suerte de un trabajador o trabajadora de Textiles Pigüé también. Que hayamos logrado, con mucha eficiencia empresarial, preparar la oferta para la demanda del sector textil que sigue en alza es otra muestra. Con errores, seguramente, pero siempre ofreciéndonos generosos.
Todo esto tiene un plus que no puedo dejar pasar por alto y que me llena de orgullo y admiración por mis compañeros y compañeras que se organizaron en plena pandemia y con el lastre que significaron para nosotros y para miles de pymes de nuestro país, las nefastas políticas industriales, económicas y financieras del Gobierno de Mauricio Macri que todos pudimos observar con claridad y que todavía hoy siguen incidiendo lamentablemente.
Lo único que lamento a la distancia no es la violencia, sí el tiempo que se pierde. Hay que confiar en los y las trabajadoras. Tenemos que aprender de esto. Nuestros dirigentes políticos y los demás funcionarios que tienen incidencias vitales en la decisión de jueces por los concursos y quiebras, de legisladores por los votos de leyes de expropiación, de los ejecutivos de no vetarlas y acompañarlas, deben reflexionar sobre algunas conductas y ser menos prejuiciosos con los proyectos de las empresas recuperadas y las cooperativas de trabajo. Nada desmedido ni de mucho costo. Pensamiento crítico y menos brutalidad.
Lo que tuvimos que pasar tiene que servir para algo y tiene que ser discutido en todas las mesas de trabajo en donde se presente una situación de violencia y desalojo en contra de la clase trabajadora y de los intereses de sus familias.
Para finalizar y para disfrutar de las victorias conceptuales, me parecía muy importante poder decirles a cada uno de ustedes que se tomaron un tiempo para leer estas humildes y respetuosas consideraciones sobre aquella jornada, que están despojadas de rencor, que mi hija Samanta ingresó hoy a las seis de la mañana a su puesto de trabajo en Sanitex, una de las marcas de nuestra cooperativa y que Manuela, su hermana melliza, lo hará a las catorce horas pero al sector de tejeduría circular.
Valió la pena. Basta de violencia por querer trabajar.
Siempre Venceremos!". 

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