Pasajeros de Pigüé sufrieron demoras en un tren que viajaba a Buenos Aires
El portal web del Diario El Popular expresa que "una formación de Ferrobaires estuvo cinco horas varada en Olavarria por problemas en el motor y pudo continuar su viaje recién alrededor de las 8 de la mañana de ayer lunes".
Según le indicaron a FM de la Ciudad "llegó a Capital alrededor de las 15. Un grupo de pasajeros prefirió no viajar por seguridad, al no confiar en los dichos del maquinista.
A poco del mediodía viajo un colectivo, gracias a una colecta creada entre todos y con el apoyo de gente de Olavarria".
Allí se agrega que "alrededor de las 3 de la madrugada llegó a la vecina ciudad tras pasar por la estación Coronel Suárez un tren de pasajeros proveniente de Bahía Blanca y con destino a Buenos Aires.
Según narraron los viajeros, cuando se detuvieron en la ciudad de La Madrid el tren ya presentaba inconvenientes y desde ese lugar se llamó a Olavarria para que les tengan preparado unos 40 litros de aceite, dado que el motor venía fallando en la tapa de cilindros.
Sin embargo, los problemas continuaron y el motor de la locomotora comenzó a tomar fuego cuando se estaba dando el arribo a Olavarría, por lo cual se comunicó que el tren no estaba en condiciones de continuar.
A los pasajeros les fue informado que otra locomotora iba a ser traída para continuar el viaje, debido a que a la inmensa cantidad de gente debido al feriado -se especulaba un número cercano a las 600 personas- era imposible trasladarlos en colectivo.
La confirmación de ese dato fue lo que generó el enojo de la mayoría de los pasajeros, quienes abandonaron los vagones en búsqueda de respuestas.
Al no tenerlas ellos mismos se dirigieron a la Terminal de ómnibus, lindera a la de trenes, para obtener la solución.
Inclusive, se sentaron frente a la salida de los micros, obstaculizando por varios minutos la salida de los unidades.
Ante esta situación, desde las centrales de Ferrobaires, situadas en Capital Federal y Bahía Blanca, se habría bajado la orden de que la formación debía continuar su viaje.
Para ese entonces el grueso de los pasajeros se encontraba frente a la locomotora para impedir que arranque.
Con el transcurrir de los minutos el reclamo comenzó a ganar en tensión, comenzando a enfrentarse los propios usuarios del servicio ferroviarios entre sí, entre aquellos que querían continuar su viaje y los que aún sostenían que las garantías no estaban dadas para proseguir con el viaje.
Esa disputa creció aún más desde el momento que se escuchó el encendido del motor de la locomotora y los posteriores bocinazos para que se corran los manifestantes, que habían incendiado ramas y maderas sobre los rieles.
El inicio de la resolución del conflicto se dio a partir del momento en el que el propio maquinista descendió para hablar con los manifestantes y sostuvo que "las condiciones estaban dadas".
Sin embargo, la continuación de sus palabras sonó -como mínimo- contradictoria y sumamente polémica, "en tal caso si se prende fuego no va a llegar a los pasajeros porque en el medio hay dos vagones de carga".
Junto a él se encontraba otra persona que no se encontraba identificada con la empresa Ferrobaires, pero que muchos la señalaron como parte de la empresa y a quien inclusive se lo vio salir de las oficinas locales de la Terminal de trenes.
Sin embargo, ante la consulta de los medios, negó tal condición y se definió como un "pasajero", pero no obstante fue quien encabezó la movilización para que los manifestantes abandonen las vías, algunas veces al borde de las agresiones.
Inclusive, otro joven pasajero que se encontraba en el lugar al ver la situación y con la intención clara de continuar el viaje a como de lugar esgrimió un elemento punzante de gran tamaño y arremetió contra Germán Pérez, un pasajero de Buenos Aires, quien encabezaba el reclamo.
Los presentes frenaron al joven e impidieron que comiencen las agresiones.
Las palabras del maquinista, cargadas de soberbia cuando se definió como "zurdo y gremialista" cuando los manifestantes le pedían que "se identifique", fueron las que generaron que el grueso de los viajantes retorne a los vagones, quedando en el reclamo sólo una minoría de unas diez personas, que luego permanecían en Olavarria a la espera de soluciones.
Alrededor de las 8, el tren emprendió el regreso hacia Capital Federal y el grupo de manifestantes permaneció varias horas más mientras desde la empresa se les devolvió el importe por el viaje -72 pesos- y gracias a una colecta entre todos y el apoyo de vecinos que al conocer la situación les dio dinero pudieron emprender finalmente el viaje de regreso Buenos Aires en colectivo, saliendo alrededor de las 11.30.
Alrededor de las 15 los pasajeros llegaron a Constitución, 7 horas después de haber salido de Olavarría, entre el pasaje se encontraban varios suarenses que también sufrieron la incomodidad, la incertidumbres y la tremenda demora quienes habían partido en la noche del domingo minutos antes de la medianoche.
La psicosis ferroviaria comienza a sentirse después de la tragedia de Once.
Fotos y aportes periodísticos El Popular de Olavarría".