Comunidad Microcrédito destacó la labor de los pigüenses Marcos Santicchia y Leonor Litre

Escrito por Lic. Emiliano Arriaga Zugasti el . Publicado en Información General

Dos profesionales al servicio de los valores cooperativosLeonor Litre y Marcos Santicchia son los dos profesionales que se encuentran actualmente al frente de textiles Pigüe. De firmes convicciones, trasladan en cada palabra el compromiso que tienen con la Cooperativa y con cada trabajador que está en ella. Le contaron a COMUNIDAD MICROCRÉDITO un poco de su historia personal y de su historia cooperativista.

Leonor Litre es licenciada en Economía y Marcos Santicchia es Ingeniero Industrial. Ambos son parte de la comisión directiva de la Cooperativa de textiles Pigüe: Leonor trabaja en el área de administración y Marcos es el flamante presidente, electo hace muy poco.

 

 

Textiles Pigüe se caracteriza por su equipo sólido y maduro de trabajo. No sólo tiene operarios calificados, sino que tiene profesionales al servicio de la Cooperativa que piensan, planifican y diagraman la estructura de trabajo y de utilidad del mismo. Desde pensar los salarios y cómo pagarlos, hasta ver cómo se agranda la confección y cómo se puede hacer para generar producción propia. De eso se encargan los compañeros capacitados en la Universidad. 

 

Lo interesante del perfil de Marcos y Leonor, es que antes que sus títulos de grado, se nota que son cooperativistas. Se puede decir que su profesión es cooperativista, como el resto de sus compañeros, sólo que ellos tienen además un título universitario. Ponen su título al trabajo de lo colectivo y no al interés especulativo de los grandes intereses multinacionales. 

 

 “Llegar a la Cooperativa fue encontrarle un sentido a lo que había estudiado. En la universidad te enseñan a moverte en la economía liberal como si eso fuera la economía en sí misma y la verdad es que es poco aplicable a la realidad. Con estos modelos de economía liberal las personas quedan en otro plano, el de la marginalidad”, afirma Leonor en relación a su trabajo y su estudio.

 

En algún momento, Leonor trabajó en American Express, de ese lugar a Textiles Pigüe hubo un abismo. En Pigüe le dio otro marco a su trabajo, con otro valor: “estar y trabajar en Pigüe es un orgullo porque acá aprendí mucho más que en cualquier libro de la universidad”, explica ella. 

 

A Marcos le pasó algo parecido. En 2006 se puso a hacer un trabajo final para su carrera de ingeniero industrial y se fue a trabajar a la fábrica. El trabajo lo terminó haciendo recién para 2010 porque se enamoró de la Cooperativa y se quedó ahí. 

 

En relación a eso, Marcos explica que la cultura cooperativa, el modo de ver el mundo desde esa óptica “cuesta un poco más con los más jóvenes que entran a trabajar”. “Lo que me parece mas importante es lograr un sentido de pertenencia con la fábrica, que sepan que muchos de sus compañeros fueron reprimidos por la policía en 2004  y que el puesto de trabajo que hoy tienen se debe a un sacrificio colectivo y de muchos trabajadores que hoy cumplen un horario y una tarea como ellos”, comenta el presidente de Textiles Pigüe.

 

Por eso, la fábrica es un proceso cooperativo constante. No descansa. “Hace 7 años que estoy y todavía sigo aprendiendo y conociendo. Aprendo día a día del trabajo de mis compañeros. Hay cosas que son dolorosas de escuchar como la represión, el desalojo. Si bien siempre existió apoyo de la comunidad pigüense, no se entendía bien qué es lo que estaba pasando en ese momento. Ahora creo que el apoyo es total y el pueblo adhiere completamente a la lucha histórica y presente de la fábrica”, confirma Leonor.

 

“Ser cooperativista es un proceso continuo. No tiene tiempo ni espacio, es una constante. Con los más chicos es difícil transmitir quizá la historia de textiles Pigüe y poner en palabras tanto. Es un proceso complejo dejar la mentalidad de “empleado” y pensarte como un eslabón de un gran grupo, pensar el aporte que sinceramente podés dar y hacia dónde querés ir. A mi me pasó que en el año 2009 estaba trabajando en la administración y estaba teniendo mi segundo hijo y colapsé. Decidí irme porque no podía encarar el trabajo y quería estar en mi casa. Sentía que mi aporte no servía para nada hasta que me di cuenta lo que estaba haciendo y volví. Es un proceso de aprender y mucho sacrificio propio y colectivo”, comenta Leonor.  

 

Por eso, el perfil de ambos es sumamente enriquecedor para la Cooperativa. No sólo en lo meramente profesional, sino en la capacidad de entendimiento político y de compañerismo. 

 

En ese sentido, Marcos asegura que “es inevitable no bajar una línea política, todos lo hacen en todos los trabajos sólo que algunos no lo dicen”, dice. “Yo creo que es importante recalcar que gracias a la política se tiene o no se tiene trabajo. En la cooperativa se mantuvo siempre una misma línea de trabajo, previsión y coherencia. Por eso es necesario que se conozcan las historias, como la nuestra, para hacernos más fuertes y entender cabalmente hacia dónde no se puede volver. En ese sentido, fue importante también el apoyo de Estado Nacional que puso políticas públicas al alcance de todos”, culmina Marcos. 

 

 

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