Todos por Saavedra presentó un informe de la representación femenina en el Concejo Deliberante

El comunicado asevera que "este breve informe busca dar cuenta de la representación femenina en el Concejo Deliberante del Municipio de Saavedra.
Si bien no es la única variable a analizar para indagar sobre el rol de la mujer en la política local, si es una evidencia de los espacios ocupados por las mujeres desde el retorno de la democracia hasta la fecha.
Introducción
¿Qué aspectos analizamos?
La cantidad de mujeres en/como:
• Composición del Concejo
(1983-2019)
• Autoridades del Concejo Deliberante
(1983-2019).
• Composición de las comisiones
internas de trabajo
(2013-2019).
La máxima autoridad del Concejo Deliberante es
su presidente/a que es elegido/a entre los y las
concejales y concejalas. Generalmente, por el
período de dos años.
Otra autoridad del legislativo es el/la secretario/a
administrativo/a del cuerpo. En este caso,
no es un/a concejal/a sino una persona designada
por el/la presidente/a y acordada con el
resto de los y las concejales y concejalas.
Para este análisis tomamos los 17 períodos
legislativos desde 1983 hasta 2021 y contabilizamos
la cantidad de veces que una mujer había ocupado
el cargo de presidenta.
Esto nos dio el siguiente resultado:
Es decir, sólo en el 18% de las veces (3 ocasiones)
las mujeres ocuparon el lugar de la presidencia
del legislativo local. Por lo tanto, de los 17 períodos
analizados, el 82% de las veces ese rol
lo cumplió un hombre. De esas 3 ocasiones,
en dos períodos fue presidenta la misma concejal,
es decir que sólo 2 mujeres, desde 1983
hasta la actualidad, han sido presidentas del
Concejo Deliberante del Partido de Saavedra.
Esto se dio entre 2007-2011, 2011-2013 y 2015-2017.
Como mencionamos anteriormente,
otra de las autoridades del concejo es el/la
secretario/a. Hicimos el mismo análisis que
para el caso de la presidencia y el resultado
fue el siguiente:
Autoridades del Concejo Deliberante
Para este cargo nos encontramos con una mayor
paridad ya que de los 17 períodos legislativos analizados,
en el 47% de las veces, la secretaria del
cuerpo fue una mujer.
No obstante esta paridad, si bien también
se encuentra vinculada a la representación
femenina dentro del Concejo, sería interesante
analizar las concepciones que los y las concejales y
concejalas tienen sobre la secretaría y
sobre la presidencia, cuáles son los imaginarios
sobre ambos roles para analizar en profundidad
cuáles son las motivaciones a la hora de elegir
presidente/a y secretario/a del cuerpo.
El gráfico expresa el porcentaje de mujeres que
participaron de cada comisión en relación al total
de concejales y concejalas que alguna vez formaron
parte de cada una de esas comisiones. Es decir,
la representación femenina, en este caso, es en
relación al total de concejales y concejalas en cada
comisión para todos los años analizados.
Como observamos tanto en el cuadro como en el
gráfico, las comisiones con mayor representación
femenina fueron las de Interpretación y
Reglamento (33%) y Cultura, Salud y Medio
Ambiente (43%).
Si bien esto se corresponde con el total de
mujeres que han sido concejalas, para profundizar
el análisis sería importante indagar si las concejales
tienen la posibilidad de elegir a cuál pertenecer,
en caso de que puedan elegir, por qué suelen preferir
estas comisiones y no las de obras públicas o
presupuesto, y qué imaginarios existen sobre
las funciones de cada comisión.
La paridad no debería implicar sólo la igualdad,
porque en realidad no somos iguales.
Debería garantizar el ser pares, el estar en las
mismas condiciones de partida sin importar
el sexo o el género. Principalmente en los órganos
legislativos de gobierno donde queda, más que en
cualquier otro órgano, demostrada la diversidad
de opiniones, de posturas, de ideologías,
de procedencias, de identidades.
La paridad debe dar cuenta de esta diversidad,
permitir que se exprese, y asegurar que todos y
todas tengamos los mismos decrechos porque
no hay un sello de fábrica, no nacemos con una
marca que predetermina quiénes seremos
Ni nuestro sexo, ni nuestro género, ni nuestras
cualidades físicas, capacidades intelectuales,
lugar de nacimiento, pueden frenar lo que elijamos
ser, y es en este sentido que la paridad de género
debe entenderse y construirse en todos los
ámbitos de la vida.
